Una de las tendencias históricas particularmente señaladas en la
Era moderna es el movimiento hacia la
globalización. Ésta puede definirse como el "conjunto de procesos que
conducen a un mundo único". Las sociedades se
vuelven interdependientes en todos los aspectos de su vida, política,
económica y cultural, y el alcance de tales interdependencias deviene realmente
global. "Ningún país es una isla autosuficiente". La humanidad abarca
a toda la gente que vive en el globo. Hoy podemos hablar de una estructura global
de la política, de la economía,
de las relaciones culturales, que va más allá de cualquiera de los limites
tradicionales y que conecta sociedades separadas en un único sistema.
La globalización
es un fenómeno de carácter internacional:
su acción consiste
principalmente en lograr una penetración mundial de capitales (financieros,
comerciales e industriales), ha permitido que la economía
mundial (mecanismos que la integran: el comercio,
la producción,
y las finanzas)
moderna abra espacios de integración activa que intensifiquen la vida económica
mundial y surge como consecuencia de la internalización cada vez más acentuada
de los procesos económicos, los conflictos sociales
y los fenómenos políticos-culturales.
El proceso de
globalización está caracterizado por la creciente interdependencia entre los
países a nivel mundial, por el cambio en
las formas productivas y por el predominio del sector financiero.
En América Latina los
efectos de la globalización ha sido nefastos, si bien en todos los países se ha
reducido la proporción de analfabetos en la población adulta, ésta aún representa
41 millones de personas, aproximadamente 110 millones de jóvenes y adultos no
han culminado su educación primaria, lo que implica un manejo deficitario de
las competencias básicas
de lectura, escritura y cálculo.
Este fenómeno es particularmente alarmante por su magnitud.
Se ha producido
un importante avance en términos de universalización del acceso a la educación
primaria, pero un 3% de los niños en
edad de cursarla se encuentra fuera de las escuelas. A esto debemos añadir que
ingresar a la
educación primaria no es sinónimo de concluirla, ni de
concluirla con calidad.
Existen elevados niveles de repetición que provocan los problemas de
sobreedad y conducen a la deserción.
En varios países
de la región, más del 20% de los niños que ingresaron a la escuela no
llegan al 6° grado. En general ningún país de la región ha logrado cumplir con
el compromiso de obligatoriedad de la educación. Estos fenómenos no afectan de
similar modo a todos los países, y a todos los sectores sociales.
El analfabetismo absoluto
afecta a las personas de mayor edad, a los grupos de cultura originarias, y a
los que habitan zonas rurales y aisladas. En los países latinoamericanos es
mayor la proporción de mujeres analfabetas, mientras que en el Caribe no
hispano parlante es mayor el porcentaje de varones.
Las personas que
provienen de hogares con mayores recursos logran, dependiendo de los países,
entre 2 y 6 veces más años de educación que aquellos de hogares más pobres,
mientras que los sectores urbanos logran entre 2 y 14 veces más que los
rurales. Esta situación se agrava por el hecho de que la oferta de
educación inicial, secundaria y terciaria se encuentra concentrada en las zona
urbanas, lo que obliga a la población rural a emigrar para acceder a estos
servicios educativos. La desigualdad también se refleja en que los mejores
niveles de aprendizaje son
sistemáticamente alcanzados por las escuelas urbanas y, dentro de éstas, por
las escuelas privadas. De esta forma, los problemas de equidad no
solo están vinculados al acceso de servicios educativos, sino también a la
calidad de los servicios a los que se accede y a los resultados de aprendizaje
que alcanzan los alumnos.
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