En este capitulo nos habla sobre que en su segundo viaje, Cristóbal Colon trajo las primeras raíces de caña de azúcar, desde las islas Canarias, y las plantó en las tierras que hoy ocupa la Republica Dominicana. Una vez sembradas, dieron rápido retoños, para regocijo del almirante. El azúcar que se cultivaba en pequeñas escala en Sicilia y en las islas de Madeira y Cabo Verde y se compraba, a precios altos, en Oriente, era un articulo codiciado por los europeos, que hasta en los ajuares de las reinas llego a figurar como parte de la dote.Las colonias españolas proporcionaban, en primer lugar metales. Muy temprano se habían descubierto los tesoros y las vetas.
El texto habla sobre el significante valor económico que tenia el azúcar en Sicilia y otras partes de Europa en la época, era increíblemente caro y difícil de extraer/trabajar, el continente iberoamericano se convierte entonces en la mayor fuente de éxito con respecto al producto al descubrir su abundancia en todo tipo de lugares desde Potosí a Veracruz.
Tal y como lo describe el capitulo anterior que hablo sobre la explotación de oro y plata en los inicios de la colonia, el texto de Galeano profundiza en los procesos de cómo la mano de obra barata y esclavizada de indígenas y locales trabaja para extraer el azúcar y tenerlo disponible en todos lados. En esta ocasión incluso esclavos importados de África trabajaron en la extracción del azúcar.
El texto concluye con un breve resumen sobre la decadencia de la explotación de este producto y como en diferentes regiones donde incluso ahora se siguen sintiendo las ramificaciones de la sobre-producción del azúcar y otros productos que también eran característicos de la región.
Para concluir esta reseña del capitulo, es importante mencionar que hoy en dia la explotación de mano de obra y exportación excesiva de un producto regional son factores importantes en la decadencia constante de la región iberoamericana.
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